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Debemos estar atentos a la calidad del agua con que va a llenar su piscina. De ella depende que el tratamiento sea sencillo. Aconsejamos evitar utilizar agua de calidad incierta proveniente de ríos, estanques, fuentes, pozos etc. Sin embargo aún cuando el agua proviene de un servicio público, a veces requiere correciones cuando está muy mineralizada o cargada de sales disueltas (caliza, hierro, manganeso, sustancias coloidales etc.).

Las características del agua no son siempre las mismas, pueden cambiar de manera natural (temperatura, evaporación, bañistas, lluvia, viento, polvo, hollín etc.) o artificial (productos de tratamiento; S.T.D. o T.D.S, Sales Totales Disueltas), representa la mineralización total. Este valor se expresa en mg/litro, indica la cantidad de sales disueltas y cambia con el tiempo. T.H. (Titulo hidrotimétrico); determina la concentración de calcio y de magnesio, comúnmente llamado dureza. Un agua dulce tiene una tendencia agresiva (corrosión de las partes metálicas). Un agua dura, por el contrario, deposita sarro en las tuberías, la escalera etc. y se expresa en grados Franceses (ºF). T.A.C. o alcalinidad, mide la concentración de los carbonatos y bicarbonatos presentes en el agua. Este parámetro representa el poder amortiguador del agua. P.H., Potencial de Hidrógeno, mide la concentración de iones Hidrógeno (H+). La escala del ph varía entre 0 y 14. Todos estos parámetros son interdependientes, el ph es un indicador valioso según los valores TH y TAC y habrá que corregirlo y mantenerlo en su zona de equilibrio. La eficacia del cloro está relacionada con el ph del agua. Por tanto, es importante verificarlo regularmente a fin de que esté siempre entre 7 y 7,8.

En el agua aún después de filtrada, existen una serie de enemigos invisibles que es preciso destruir. Para esta destrucción se necesita una cantidad determinada de cloro que actúe bajo la forma de ácido hipocloroso. El que se añade por encima de esa cantidad, es decir por encima del necesario para destruir las bacterias y oxidar la materia orgánica, queda libre en el agua bajo la forma de ÁCIDO HIPOCLOROSO en espera de actuar contra cualquier enemigo:
Bacterias, materia orgánica, etc. que se introduzcan nuevamente en el agua, por cualquier conducto, bien por el bañista o por agentes atmosféricos;
viento, lluvia, etc. o cualquier otro medio. El cloro que queda en el agua bajo la forma de ácido hipocloroso en espera de actuar y que se ha aportado por encima de las necesidades inmediatas se denomina CLORO RESIDUAL LIBRE.

"EL VALOR IDEAL DEL PH EN LA PISCINA DEBE ESTAR SITUADO ENTRE 7 Y 7.6". Anteriormente se indica que para la destrucción de bacterias, debemos mantener en el agua una cantidad de cloro residual suficiente para ello; pero este cloro solo actuará eficazmente como bactericida cuando el agua donde se diluye tenga un ph comprendido entre 7 y 7.6.
Por lo indicado, es básico que si se tienen que destruir las bacterias se debe mantener a toda costa el ph entre los valores mencionados. Existen otros factores que obligan a mantener el ph correcto. De ser superior a 7.6, el ácido disuelto en el agua se precipitará de forma visible, enturbiando el agua y dándole un aspecto lechoso, obstruyendo rápidamente el filtro y precipitándose en las paredes y accesorios de la piscina. Cuando el valor del ph sea inferior a 7 el agua será corrosiva, produciendo irritaciones en los ojos y mucosas nasales, pudiendo llegar a destruir las partes metálicas de la instalación de filtración.
Por lo expuesto se desprende que el grado de calidad del agua de la piscina, depende en bastante cuantía del valor del ph que tenga.

Lógicamente esta es la primera pregunta que debemos hacernos. Cuando se llena la piscina de suministro público o pozo, generalmente se observa que ésta es limpia, pero al estar expuesta al sol y al aire ocurren dos fenómenos básicos:
1.- El agua se contamina de los microorganismos que existen en la atmósfera más los que introducen los bañistas y al no haber oxigenación por estar estancada, estos parásitos se reproducen en la piscina, formándose algas. Esta formación de vida se ve favorecida por la temperatura ambiente elevada que suele acompañar al tratamiento de la piscina(verano en piscinas descubiertas, calefacción en cubiertas) tomando el agua una coloración verde.
2.- El aire y la lluvia introducen en el agua cantidades de polvo, tierra y hojas que la enturbian. Estos dos factores que inciden sobre la piscina logran en pocas horas o en escasos días obtener un resultado:
Una piscina totalmente antihigiénica y nada agradable para el baño.
El modo de combatir estos dos problemas es:
1.- Ajustar el ph 7 y7.6
2.-Se mantendrá en el agua una cantidad de cloro residual libre suficiente para que las bacterias y microorganismos que se introduzcan en ella puedan ser destruidos al momento. Indicamos el cloro debido a que hasta el momento es el producto más económico al fin que se le destina. Existen otros productos, como el yodo, bromo, ozono, intercambio iónico, etc. pero su costo desmesurado los hacen prohibitivos en su aplicación.
3.- Dotando a la piscina de un filtro que por medio de una bomba retenga en su interior toda la materia en suspensión del agua.

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